Llorar a
lágrima viva…
Llorar a
lágrima viva
Llorar a
chorros.
Llorar la
digestión.
Llorar el
sueño.
Llorar ante
las puertas y los puertos.
Llorar de
amabilidad y de amarillo.
Abrir las
canillas,
las
compuertas del llanto.
Empaparnos
el alma,
la
camiseta.
Inundar las
veredas y los paseos,
y
salvarnos, a nado, de nuestro llanto.
Asistir a
los cursos de antropología,
llorando.
Festejar
los cumpleaños familiares,
llorando.
Atravesar
el África,
llorando.
Llorar como
un cacuy,
como un
cocodrilo…
si es
verdad
que los
cacuyes y los cocodrilos
no dejan
nunca de llorar.
Llorarlo
todo,
pero
llorarlo bien.
Llorarlo
con la nariz,
con las
rodillas.
Llorarlo
por el ombligo,
por la
boca.
Llorar de
amor,
de hastío,
de alegría.
Llorar de
frac,
de flato,
de flacura.
Llorar
improvisando,
de memoria.
¡Llorar
todo el insomnio y todo el día!
© Oliverio Girondo
YERMA
en una
inmensidad eterna
existen
heridas abiertas
cubierta de
sal
que ya no
cicatrizan
nada
cicatriza en esta tierra yerma
donde el
horizonte es infinito
y la
soledad
invade
gargantas silenciosas
aqui no
existen respuestas
ni quedan
preguntas
solo la
aceptación
de un
tiempo
resonantemente
mudo
© Dolores Pombo
Muchas gracias Gus por la conmemorativa publicacion. Un abrazo, Dolores
ResponderEliminarLlorar como Oliverio, o no llorar. Excelente, aunque suene a contradictorio.
ResponderEliminarLlorar, cómo se hace para llorar hoy, Dolores. Me quedé leyéndote, gracias.
L. Vinci
Muy bueno tu poema y genial el de Girondo con su toque de humor.
ResponderEliminarExcelente poema de Girondo Cargado de una sutil ironía.
ResponderEliminarUn placer leer tu poema Dolores.
Ana Romano.
Gracias por ambos poemas, si bien el de Girondo "llora" lo hace con mucho humor. El otro expresa un tiempo yermo, sin esperanza, sin embargo la liberación yace en poder sacarlo a luz a través de las palabras.
ResponderEliminarJuany Rojas
Dolores: qué lindo leerte y leer al admirado Girondo. Gracias por traernos estos poemas y mi abrazo enorme.
ResponderEliminarMaju