El arte
sería tocarte, un invento,
insignificante
si el olvido lo demora. Lo siento
porque es
ahora estallido de la rosa
presurosa
del instante,
extraviada
en el jardín
y devuelta
por el sinfín
de las
horas transcurridas: una... dos... tres...
Si te toco,
¿cómo es? Hay lo mucho de lo poco, digo
el beso, el
exceso del miraje y... ¿puede ser, ahora sigo,
el encaje
de tu aliento
en el reloj
del oleaje? Atravieso
los
celajes, el fervor, las profecías (¿el amor?
¿no será la
porfía de la "máquina del dolor"?)
y llego
acá: "El arte sería tocarte". Silencio. No
confundo
confetti con maná
pero igual
estoy perdida
entre
viejas cartografías de la ruta de la seda
y la pasión
como centro. ¡Ah corazón, me decía,
explícate
como yo, que estoy adentro de un cuerpo
y sin
embargo con vida!
No sabía
que el
diamante fuera pájaro
ni tampoco
que muriera
de una
muerte que no fuera
natural:
un diamante
tiene la
suerte del brillo
de la
centella, aunque alguna estrella
se enfríe y
la sal de la vida sea
lo que se
lea
como novela
por el
rabillo del ojo
de un gran
lector
cenital.
Adivinó que era amor
y se
ríe:
se pudiera,
escribiría en potencial,
y si no,
sería contante. Me enojo,
hago mal y
digo para
adelante:
ese
pájaro se
ha muerto y no es augurio
de Lázaro
ni de santa ni sabbath. Lo cierto
es que yo
te extraño y que es Maureen la que canta
pelirroja
con esplín,
la verdad
de lo ocurrido "You'll never know
how much I miss you" You es tu, sos vos,
SOS, como
un pedido de auxilio,
miss,
cualquier
daño fue
anterior. Estoy a un tris
de entender
(¿un diamante es doble amante,
o dos veces
sin objeto o sólo un reto
a la
repetición?)
que por
ejemplo otra vez, algo
me está
esperando –corazón-mata-callando—
y se va,
como en inglés, "sobre su ala",
vale decir,
se nos
vuela.
La textura
del tiempo, Vladimir, es rala,
una usura
del instante y de sufrir cuando apela
a no sé
qué: nunca volver es lo mismo
que
irse
para
adelante. Me tocaste, ¿te toqué?
¿Compartimos
un abismo? Dame, diste,
dí, diré:
las facetas del diamante
son,
no sé,
mejor
hablame y te creo. Así como quien reza
sin un
deseo de asceta: todo poema es de amor,
toda guerra
es interior, toda palabra
está presa.
© Mirta Rosenberg
Fosforecen
entonces los bambúes
lluvia y
más lluvia del este
por vez
primera en el aire
te atrevés
a olerla y yo con vos
en la
caricia primera, perfume
que
convocás al decir lluvia
sentís y me
llevás
en vértigo
al encuentro.
© Andi Nachon
Maravillosas poetas, maravillosos poemas.
ResponderEliminarRosemberg y ese entretejido de significados y significantes.
Me gustan mucho los dos poemas. "toda guerra es interior, toda palabra está presa"; "perfume/ que convocás al decir lluvia". Gracias. Un beso. Adriana Maggio
ResponderEliminarMuy buenos los dos poenmas.Nunca había leído a ninguna de las dos poetas.
ResponderEliminarMuy hermosos ambos poemas, intensos, inspirados.
ResponderEliminarBueno, aquí un lujo, dos poetas inmensas juntas en esta celebración/ homenaje en este blog generoso! Tomo sus libros y quiero dejar unos breves comentarios. "La poesía de Mirta Rosenberg emerge dentro del panorama de la poesía argentina como una rama independiente, arraigada en las profundidades de la lengua, o de su lectura personal de la lengua y de las ampliaciones que ésta encuentra en la traducción. Su obra cabría definirla, si usamos una muy vieja palabra, por el estilo, eso que la hace reconocible entre muchos: su estilo es alguna clase de fe" ("El árbol de palabras",Obra reunida, Ed.BajoLaluna 2018). Andi Nachón: como lo refieren los estudiosos de tu obra reunida "En la música vamos" (Ed.BajoLaLuna 2019), "tu poética despliega una gran capacidad para obrar con el lenguaje constelaciones singulares que dan sentido a las intensidades afectivas rítmicas y temáticas de diferentes dimensiones vitales...". Alfredo Lemon desde Córdoba
ResponderEliminarMaravilla los poemas de queridísimas poetas! Gracias por traer a Mirta, excelente Andi
ResponderEliminar"Toda palabra está presa". ¡Presente, Mirta Rosemberg, gracias!
ResponderEliminarMirta Rosemberg me encantò. Mùsica de poesía que viene desde muy lejos, probablemente de antes de que se inventaran las lengua. Nachòn me era hasta ahora desconodido. No quiere decin nada, solo que hay tanta gente de la que aprender, que me abruma ver que faltan muchos màs. Un gusto su poesìa.
ResponderEliminarQue gusto ller a dos grandes de la poesía.
ResponderEliminarSaludos.
Anahí Duzevich Bezoz
Hermoso en toda su extensión el poema de Mirta Rosemberg
ResponderEliminarAndi Nachon: divina lluvia tan deseada, y ese olor característico... Bello poema
Gran celebración.