ALGO
INGENUO
No sé a
quién dirigir
estas
palabras.
Al fuego o
a los vientos,
o al hombre
que está aquí
y se
derrumba
Hay que
hacer algo: levantarlo,
hablarle de
las cosas,
devolverle
su nombre perentorio,
la antigua
soledad,
la
infancia,
la pobreza
Esa virgen
manera de vestirse,
de caminar
sin miedo
y conocer
la calle por sus poros dorados,
los techos
del verano y de la lluvia
Pero no sé
a quién acercarme
con mi
maquina a cuestas.
No se para
quién tiemblan las palabras
o si cuando
despierten en mis manos
alcanzaran
para tocar el mundo.
No sé a
quién llamar y prevenirle:
habla de tu
desgracia, de tu olvido,
de tu
valor.
Habla para
la muerte
que te
escucha.
© Alberto Luis Ponzo (1916 – 2017),
poeta nacido en Buenos Aires y residente desde 1951 en Castelar, zona Oeste de
GBA.
El tiempo
se me escurre
El tiempo
se me escurre entre los dedos
como el
reloj premonitorio de Dalí.
Lento mar
de aguas espesas
Líquido
amniótico que me envuelve en esta espera.
Yo sé que
habrá un después de certidumbres
Un
nacimiento de certezas.
Y habrá que
darse a luz
Alumbrar
rostros nuevos en todos los espejos
porque será
nuevo el mirar.
Pero ahora,
preñada de mí
Espío de
soslayo el ajeno alud de los presagios
Y solo abro
mis oídos
Al íntimo
temblor que me recorre
Al volcán
impredecible que me habita.
© Ana María Oddo
Magnífico tu poema Ana María! El transcurso del tiempo traspasa a nuestro ser inevitablemente. Pero hacia el final refulgente de tus versos, sus chispas, esquirlas, estallan en un temblor interno que lo vuelve volcán encendido y renovado.Bravo! Y qué profundo el texto de Ponzo que elegiste, vaya saber a quién dirijen sus palabras los poetas! Hay alguien allí? /Alfredo Lemon desde Córdoba
ResponderEliminar¡Muchísimas gracias, Alfredo!¡Qué hermoso comentario hiciste de mi poema! Tu pregunta es muy válida. Ese tú-lírico que tantas veces aparece en los poemas puede tener infinitos destinatarios, incluido el propio poeta. Mil gracias.
ResponderEliminarAna María Oddo