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1/6/20

Alfredo Luna recuerda a Olga Orozco



GUARDIANAS NOCTURNAS      
  
Preparan mi equipaje
Ellas, las lentas damas moldeadas por crespones en el viento más frío,
las que bordan pacientes como arañas una grieta sin fin en la  urdimbre de mis días.
ellas, las susurrantes, las delegadas de los altos poderes, las mitradas:
mis guardianas nocturnas.
Siento pasar el borde de toda mi asombrosa existencia entre sus dedos;
lo siento como un filo de vidrio contra las entrañas.
Han plegado los pálidos telones de los descubrimientos infantiles
con los mapas del  tesoro escondido, el pueblo encandilado, y el palomar en ruinas.
Han puesto en una caja los cristales de la inocencia rota.
y han hecho un envoltorio en el que se debaten igual que sabandijas mis pecados
Un puñado de agujas por las escasas contriciones, un alfiler por la torcaza muerta,
un manojo de astillas por las heridas  y un puñal por la sangre del perdón.
Ahora doblan las sábanas de los insomnios, las fundas del delirio,
lienzos agujereados que dejaron escabullir hasta mi nombre emerger los murciélagos,
los emisarios del submundo, el nadie siempre a punto de franquear mi lugar.
Van a llenar los huecos con los acusadores frascos de venenos:
tintas fanáticas para los desaciertos, licores para las mutaciones insensatas,
perfumes alucinógenos extraídos de dichas irrecuperables, lluvias del más allá.
Se consultan, vacilan frente al álbum en el que fosforescen los retratos.
Por favor, todos, todos, desde aquellos que fueron una llaga sobre los muros
hasta los que ahuyentaron el terror y embellecieron los desmantelamientos de mi alma..
Afuera los estuches fervorosos, las felpas hechizadas:
destituidos los  ídolos, los talismanes, las medallas, los desvalidos trofeos de la fe,
amontonados al desdeñoso azar, sepultadas a tientas en el aserrín de las costumbres.
Ningún sitio de honor para las vestiduras de la soledad, ninguna flor encima.
Que las cubran con esos atavíos estampados por noches  copiadas al abismo,
esos que todavía flotan como en sueños alrededor del vértigo y de los suspiros
y en los que aún brillan igual que lentejuelas desordenadas caricias.
Tambien, tambien va ese fanal que guarda cielos para los regresos y las despedidas.
Y no olvidar las cartas estrujadas, ni los bellos disfraces extinguidos,
ni las plumas arrancadas al vuelo de la alegría, ni los fabuladores espejos,
ni siquiera la bolsa de retazos de los días desiertos.

Al alba está dispuesto el equipaje:
embalados mis bienes, ceñidas las coronas, sellados los precintos.
Ellas, las altas damas, las papisas enfundadas en lutos solemnes,  se retiran.
Hay un rótulo allí. No dice “frágil: no señala un destino.
Indica: “Para dejar en cualquier parte. Solamente residuos sin reclamo posible”.

© Olga Orozco
 (Toay- La Pampa 1920 - Buenos Aires 1999) 



penitencia en Al  Iskandariya


ah   ciudad de las antiguas palabras
cómo escribir que un verde frutal y delicioso
navegaba en mis ojos

que la noche era grande y numerosa
       que en la noche se  revela
y en mi alma arrogante de alegría

que he visto al sol y errantes caballos sonoros
en el corazón de Jano
y que también he visto ahí dentro     palabras de nácar y ceniza

                  inmemorial estaba en mi sueño

y que entonces   como si nos meciera la gloria
en cuna de esparto fuimos todo el amor
       una herida delicada   una música azul
       una vertiente de fuego en la boca del mundo
que el viento lo sembró de alabanzas

cómo se dice que un día lo he visto cabalgar
en las más altas y soberbias olas
       nadar como un ángel
y perderse igual que los náufragos de Heracletón
     -no me dejes-   le oí decir    y se  fue
     era su destino   quebrando el mío

ahora soy una mancha en la piel del tiempo
ahora mi plegaria se vuelve gris y letal
    por eso   solo busco la caricia de Aquilea
para calmar este desangre

ah  ciudad de la Poesía  loados sean lo que amo
    y la vasta pena    te digo adiós
como quien se amputa los órganos de sentir

ah  ciudad de las heroicas escrituras
y los silencios   soy el muerto que se va. 

© Alfredo Luna
      





15 comentarios:

  1. qué belleza! gracias

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  2. Alfredo, una maravilla ambos poemas, gracias.

    Abrazos
    Elisabet

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  3. Muy buena la elección de Olga Orozco, quien este año hubiera cumplido cien años. Y muy bueno tu poema, Alfredo. Un placer leerlos a Olga y a vos.

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  4. Muy buena la elección de Olga, quien estaría celebrando sus 100 años. Y muy bueno tu poema, Alfredo. Un placer leerlos

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  5. Olga Orozco, la poeta oceánica.
    Muy bellos los dos poemas!!
    Excelente elecciones!!!
    Tere Vaccaro

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  6. Maravilla! Excelente elección querido Alfredo Luna! Enorme poema para acompañar a la Orozco! Abrazos de festejo para todos!

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  7. Maravillosa, inmensa Pampeana Olga Orozco. Gracias, Alfredo. Muy bueno tu poema.

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  8. Mariasilvia Paschetta7 de junio de 2020, 19:18

    Pedazo de elección amigo! Una maravilla. Gracias.

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  9. Tremendos poetas ambos! Cada uno con implicancias emblemáticas apelando a sueños, nostalgias, revelaciones, intuiciones parasicológicas, pero mayormente y de una manera fantástica, subliman los mitos universales. Alfredo Lemon

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  10. Cómo no la traerías vos Alfredo, a quien influyó tanto en tu manera de ver la poesía. Cómo no la traerías si además del poema, tantas otras cosas te la recuerdan. Y tu poema amigo, cómo siempre, aplausos.

    Lily Chavez

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  11. Alfred,vos y Orozco en mi ♥ siempre. tinA. Maestros.

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  12. Amo Olga Orozco. Su poetica es elevada. Gracias por traerla y compartir
    Patricia Corrales

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  13. Preciosa elección, esta maga de la palabra .Y me encantó tu poema querido Alfredo

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  14. Muy buena la elección de Olga Orozco.
    Y tu poema me gustó.
    Ama Romano.

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