Anidar
Tu
respiración empieza
en la punta
de mis dedos.
Inicio un
viaje por tus vértebras,
ruta
ondulada bajo mis yemas.
El sol se
siembra en tu espalda,
campo a la tardecita
donde
quiero germinar.
Deseo ser
esqueleto, sostenerte
en pie
frente al derrumbe
pero soy
piel
carne
tendón
apenas.
Tu cabeza
se inclina hacia atrás
como
buscando.
Cabe en el
hueco de mi mano.
© Washington Atencio
Precioso poema, sensitivo y muy bien logrado felicitaciones poeta
ResponderEliminarMuy sensual!
ResponderEliminarMuy buen poema. Erotismo sutilmente vívido y sugerido. Alfredo Lemon desde Córdoba
ResponderEliminarMe encantó tu poema! Muy bueno!
ResponderEliminarMuy buen poema erotico, Washington. Un abrazo.
ResponderEliminar" el sol se siembra en tu espalda" bellísimo camino el de tu palabra. susana zazzetti
ResponderEliminarprecioso poema, gracias!
ResponderEliminarabrazo
claudia tejeda
Muy bueno!!
ResponderEliminarBesosss