PIEL
NARANJA
En vez de
la noche estrellada,
el brillo
de tus ojos
cuando me
miran, y cuando no
me miran,
también.
En vez del
mar, las olitas
que hacemos
cada verano
en el falso
mar de nuestra
destartalada
pelopincho
¿pero es
que hay otro?
Matecocido
en vez
de café con
leche, humeante
adentro de
un cacharro
de lata Si
me asomo
se me
empañan los anteojos.
(No seas
malo, no te rías.)
En vez de
besos, palabras
que yo saco
del diccionario
y las pongo
a brillar
como
piedritas, en la vereda.
Y así con
todo lo demás.
Las pocas
cosas que tengo
están
agarradas a la tierra
con
alfileres. Mi único tesoro es
tu ausencia
(digo " tú"
por
llamarlo de alguna manera)
Y los
versos que escribo
día tras
día, desde que tengo
9 años.
¿Pero es que hubo, hay
otra edad
para mí?
En vez de
carne al horno, fideos
con
manteca. En vez de estufa
ultramoderna,
calentador
a querosén.
Tan pobre
y tan rico
soy. ¡Si me vieras!
No tengo
nada y lo tengo todo.
Como San
Juan de la Cruz
en una
noche oscura, me perdí
y te
encontré. O te encontré
y me perdí,
que para el caso
es lo
mismo. En vez
de melón,
kilos y kilos de mandarina
y mucho
Raphael, mucho
Camilo
Sesto. Y tardes enteras
de
teleteatros con Arnaldo
André. ¿No
sabés quién es
Arnaldo
André? En fin.
En vez de
Shakespeare, Alberto
Migré. Y
los sonetos hermosos
de Julia
Prilutzki Farny, que Claudio
García
Satur le recitaba
a Thelma
Viral, por teléfono...
En vez de
esto, aquello.
En vez de
aquéllo, esto.
¿Qué puedo
hacer, Raulito Lemos?
No tengo
nada y lo tengo todo.
© Osvaldo Bossi
Una vida cabal, ¿qué duda cabe? Felicitaciones
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