CADA COSA
EN SU LUGAR
La mancha
en el papel
el olor en
las sábanas
el
agotamiento en la noche
las cabezas
atadas al espejo
las llagas
en la sal
los
cadáveres en el río.
La mancha
en el papel
ya nada te
recuerda
así es el
olvido
primero es
la voz
después es
algún gesto,
entonces se
deja de nombrar
nombrarte
El olor en
las sábanas
después de
haberse amado
el color de
tus ojos
después de
haberme amado
el color de
los míos
después
el agotamiento en la noche
será
siempre una necesidad
la noche es
mi mano
un surco
que pregunta
la mano
indica su jugada se despide
y vuelve a
preguntar.
Las cabezas
atadas al espejo
siempre hay
algo detrás
de la otra
línea
el pelo
astillado
el paso del
tiempo que delata
si fuera
así, esa que veo
y no
me mentiría
acaso
un poco?
Las llagas en la sal
“no hay nada que comience
© Nora Alicia Perusin
me atrapa de este poema el juego recurrente de las imágenes que sin embargo, resultan progresivas.
ResponderEliminarmuy bien.
Walter Mondragón