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1/4/20

Poema de Julieta Lopérgolo





Mi infancia es una cicatriz que viaja
quieta como una sospecha.
Todavía arde.
Como una palabra
en la lengua materna del viajero.

© Julieta Lopérgolo

3 comentarios:

  1. Hermoso. la infancia como una cicatriz que viaja! Abrazo a la distancia, Inés.

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  2. Tu poema y la ilustración se entrelazan formando ya, un hecho estético. Hay cicatrices quietas que sin embargo retornan en las vueltas del viaje de la vida. La infancia, la presencia de la madre, todas sombras como sospechas que cuando se dicen pueden hacerse cenizas... Alfredo Lemon desde Córdoba

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