8/4/20

Poema de Fernando Noy





PESO PLOMO

No necesito nada más que esta lapicera
prestada por el mozo
ni otro sobre de azúcar para el café
bramando en la resaca
tampoco el pago de una cerveza octava.
Guardo intacto
el coraje de hacer un paga Dios
como en los setenta
por las farmacias de turno
cuando la poesía anfetamínica
se compraba sin receta.
Viajo solo en medio de la huelga
entre panzas vacías
con razón vociferantes
y ningún encontronazo
junto al musculoso estibador
mientras dura la espera
en la protesta augusta
que hasta cortó la calle
con su semáforo
chorreando lágrimas de sangre.
Masacre sin piedad
para los mustios habitantes
de bairestremens.com.
Mientras leo en cerebros
de los otros viajeros.
Ese, de anteojos negros,
va a llegar tardísimo a su cita
con el andrólogo.
El que viaja a su lado
sólo piensa en robar
la corona de oro de la Virgen del Once
pero también
el busto de bronce de algún prócer
para revenderlo
enseguida
a peso plomo,
vapuleo.
Así nace esta queja
sobre mi cuaderno Avon
en pleno verano
cuando el hospital de poetas
parece aniquilado
aunque nunca existiera la cura
de sus males
ni siquiera un cuarto gratis y fresco
donde no morir de pie.
Ahora,
destrabada la marcha
con las vitrinas de El Molino
destrozadas a huevazos
es cuando el maldito patrullero
se sube a la vereda
y como a la estatua de Santa Claus
me alumbran
entre dátiles
aunque igual nada vieron.
Mayor fue el miedo
de volverte invisible.
A distraerse ahora
con tu milonga hacia la autopista
Tacos de punta baratos hundidos en la brea
hirviendo aún más que el cuerpo
del que paga
y al finalizar la faena
regresar leyendo esos versos abyectos que has escrito.
Soy el que cree en la avenida Corrientes
acunadora del tango y de Tanguito
que se incendia en el río
justo cerca de la Casa Rosada
ese postre fucsia envenenado
en los cachetes.
Confundo palomas con empleados
de oficina
usan la misma gris corbata
que les impide el vuelo.
Soy quien cantara a Safo
además de encerar los dedos
de la hidra de Lesbos
con ungüentos de acero
pero ahora
ni consigo colarme
en los recitales de Gal, Chavela
o La Felipe.
Igual
como siempre
el buen clima regresa
tras la huelga a lo lejos
cada vez más ajena.
A causa de ella
me pasé de parada
pero sigo escribiendo.
Es preferible el asco bien narrado
a la culpa de sobrevivir triunfales.
Sin tener cómo,
dónde,
cuándo
a quién decirlo.

© Fernando Noy

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8 comentarios:

Blogger Gus... ha dicho...

Bienvenido mi querido Fer a este sitio que pretende difundir a poetas contemporáneos, mes a mes te iré publicando. Abz enorme, Gus.

8 de abril de 2020, 15:49  
Blogger Gabriela ha dicho...

Usan la misma gris corbata que les impide el vuelo..me encanto

9 de abril de 2020, 3:43  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Excelente.
Gracias.

Un abrazo,

Alicia Márquez

9 de abril de 2020, 10:15  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Poema largo, intenso, bellamente logrado! El interés por leerlo completo nos va haciendo gozar del relato, en ningún momento decae, nos va sorprendiendo línea a línea y se dispara la imaginación, manejada precisa por quien conoce muy bien su oficio. Gracias! Alfredo Lemon desde Córdoba

10 de abril de 2020, 15:30  
Anonymous Pauli ha dicho...

Excelente final para un poema complejo.

21 de abril de 2020, 13:50  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Fernando: Espectacular, modernista, vanguardista, y a la vez de cierta mirada clásica, poética absolutamente, sintética, y riquisimo en cada verso logrado, nada sobra y nada falta. Su extensión es atrapante.
Gracias tremendo poema

Cristian Jesús Gentile

2 de mayo de 2020, 0:06  
Blogger norma ha dicho...

Muy bueno, considerando que suele ser difícil mantener la tensión (y la atención) en un poema muy largo...y me parece muy logrado el final.

2 de mayo de 2020, 18:24  
Anonymous susana szwarc ha dicho...

Me encanta leerte!! TE quiero!!

28 de noviembre de 2020, 20:09  

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