llueve. llueve
en el
costado oeste de mi cuerpo.
las gotas
saltan en el
desprevenido
corazón.
pareciera
que en ese puño
los
oblicuos desgarros
se
acomodan.
se
sostienen unos a otros
y se
enlazan. forman un paredón.
no más
nudos perversos
como
alambres de púa.
hora de
renacer del duelo
dejar que
las palabras
no sean
paralíticas en la lengua.
© Susana Zazzetti
y justo que llueve ahora, doblemente hermoso!
ResponderEliminargracias, Susi!
abrazo
Magnífica artesana de la palabra y el buen decir, siempre emocionas Susana! Invitas a renacer pese a tantos duelos que nos circundan. Abrazo grande! Alfredo Lemon
ResponderEliminarPerfecto y para gozar, cocmo siempre. Abrazos, marta
ResponderEliminarmuy buen poema donde en su decir el puño del doesgarro se abre y vierte dolor en poema.gracias
ResponderEliminarMarizel Estonllo
ResponderEliminarLa Tejeda me ganó de mano. Eso pensaba. Ahora llueve y el poema es una reflexión que cae entre otras gotas.
Zazzetti, cuenta ud. con mi admiración.
Lily Chavez
Precioso. Siento como tú poesía abandona el dolor o lo atempera y se abren tus inmensas alas
ResponderEliminarSusana Giraudo
que las palabras no se paralicen nunca..que sigan cantando bajo la lluvia, gracias Susana!
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