EN
PENUMBRAS
Recuerdo el
primer beso
como si
fuera ayer (¿y cuándo es hoy?)
Alumbró la
emoción de los comienzos.
¿Hubo algo
más? Quién sabe.
En la sala
en penumbras
la pantalla
lanzaba sus imágenes,
que apenas
atendía,
concentrado
en saber un gran secreto
y en ser
igual a los demás.
Ninguna de
las dos películas
acabó con
final feliz.
© Mariano Shifman
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