Interregno
El viento
de marzo
es una
herida tibia
en el
centro de la tarde.
Con su
rictus remoto
vuela el
ave migratoria
hacia
desconocidos destinos
y el aire
alienta
un ronroneo
de estrellas
sobre el
horizonte sin fin.
El día se
parte en dos
con un
silencio indescifrable
mientras la
noche me devora
con dormidos fantasmas
que me
hablan
con sonidos
inciertos
mientras
algo, muy dentro
me desgarra
lentamente
© Beatriz Minichillo
Hermoso poema, figuras con las que me identifico.
ResponderEliminarAbrazo
Elisabet
Muchas gracias Gus por incluirme. Cuidate mucho
ResponderEliminarMe gusttaa ell modo fuerte y poético del tema
ResponderEliminarGracias a todos
ResponderEliminarBeatriz, si miro tu poema de un lado, es perfecto; si lo miro del otro, es bellísimo; si lo miro de un lado personal, como Elisabet
ResponderEliminarme identifico. Un abrazo Isabel Llorca Bosco