Poema de Viviana Ayilef
Vuelve el
río a su cauce.
En ese su
fondo está el remolino
la
serpiente de agua que mira
las piedras
que saben
algún pez
que no pudo la vida.
Una planta
nace,
reflejo de
sombras por cielo invertido.
Cuando
arriba llueve
el rostro
visible del río se tiembla
carne hace
de su carne esa nueva piel,
da la
bienvenida.
Cuando se
desborda
pierde lo
que no le sirve;
a veces
en la
tempestad despierta la calma
se sacia la sed
brasa hace
de su centro, cuna para el tiempo.
© Viviana Ayilef
Foto: Gustavo Tisocco
Foto: Gustavo Tisocco
Etiquetas: Viviana Ayilef
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