Ejecutamos hechizos, rituales y conjuros.
Quemamos ramas y hojas para que el viento
nos llevara lejos.
Cantamos e hicimos música durante varias
noches.
Danzamos descalzos y la nieve no nos quemó.
Comimos con las manos los frutos y la
carne.
Consultamos los espíritus de nuestros
antepasados
y fuimos respondidos.
Nos adoraron las ovejas y las cabras. Los
pájaros
cantaron para nosotros.
Frecuentamos el agua azul, los cielos
abiertos.
Fuimos sabios y libres.
Rechazamos todas las acusaciones.
© Valeria Pariso
Exquisito! Belleza sutil en tu poema! Alfredo Lemon
ResponderEliminarLeo el muy bello poema de la querida Valeria y, mientras, no puedo dejar de pensar en el tiempo y el amor que pone Gustavo para llegar a la mejor imagen posible para cada texto... Agradezco hasta el infinito poder ser amiga de tanta belleza.
ResponderEliminarUna hermosura. Texto e imagen. Qué placer!
ResponderEliminarJuan Carlos Rodríguez
Muy bueno. Me dejó un sabor a fin del mundo conocido y el inicio de una existencia más inocente y despojada de mandatos. Un beso. Adriana Dirbi Maggio
ResponderEliminarHermoso! Tu poema y la imagen elegida por Gustavo!
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