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6/2/20

Poema de Patricia Corrales






Fui viviendo como en un tiempo maleable, cual elástico, 
juego de niños.  
Nada parecía importante ante la violencia de la sombra. 
Noche tras noche, me corría durante el sueño. 
Existía el implacable, 
podía doler y corroer hasta el hueso. 
Yo era más rápida que la luz ante el peligro. 
Una vez me alcanzó, 
me agarró sumida a morfeo, 
fue como la herida infectada por un gusano que no extingue 
a pesar del perdón. 
¿Cómo podía un individuo ser tan querido y tan temido? 
 Miedo. 
Sembraba miedo ante el silbato de un tren entrando a la estación. 
Nunca quise que partiera sin saber que lo había amado, 
a pesar de el. 
Me parece haber vivido la vida de otra mujer, 
como si aquellos días fueran historietas de una revista en blanco y negro 
y prefiero escucharlo en la nota del piano abandonado a un costado, como tantas otras cosas, 
o recordarnos en el viaje que hicimos juntos a Buenos Aires. 
El quiso cumplirme un sueño 
solo que en sus manotazos por sobrevivir, enterró mi niñez. 
La poesía, los juegos bajo la hortensia, 
los primeros trazos de tizas sobre los altos postigos 
fueron alas para emprender el vuelo a este presente que lo recuerda 
con un nudo en la garganta. 
Que una canción de amor llegue a su descanso eterno.

© Patricia Corrales Marozzini

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