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3/2/20

Poema de Nara Mansur Cao





“Madre, ¿por qué tu verso me parece raro” 

Y viene la madre con su gran culo fotográfico
y viene la madre con su olor a rancio, su soberbia
y viene la madre con los suspiros devorados por otras madres,
otras angustias, miserias como néctar de esa decencia
que es sólo suya. Suya la decencia que le amorata la cara allí detrás:
ahí donde el amor no le llega casi nunca ni el perfume
que hace tanto tiempo se evaporó sin pedirle permiso
a ella, a la madre.
Y viene la madre con sus compinches que la defienden siempre
y que no suelen ser los hijos que alumbró, los que trajo a este mundo;
vienen las orejas peludas a oírle todo o a pedirle consejo.

Nunca se sabe bien, oh madre, qué van a contar,
qué historia clínica se va a crear con tu nombre.

Y viene la madre que es toda sonrisa pero que no sabe jugar,
la que lo hace todo didáctico, borradura y tachadura
a un mismo tiempo, la madre que confunde y desorienta:
tanta madre que oprime y abraza y estruja y sacude y delata.
Y viene la madre toda sospecha, asomada al balcón esperando la estocada,
el beso del extranjero en los labios que parió,
los labios todos los labios para amar los labios de los hijos,
de todos los hombres.
Y viene la sacudida, la madre sacudida a reventar la buena suerte,
a empeñar otra vez la palabra, el iluminado momento de servir los platos.
Y viene la madre con su gran culo fotográfico, oh
con sus peores pensamientos, oh
y dice que ya no tiene miedo, que sabe que es así: la vida y la muerte
y deja entrever otra ansiedad distinta a la que heredó:
hambre de tus hijos, desconfianza infinita, pocas ganas de jugar.

© Nara Mansur Cao

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