ATARDECER
No soy yo
quien envejece
sino la
corteza infinita
del árbol
de los días y las noches.
Continúo
nadando a grandes brazadas
por el río
del tiempo
y siento
todavía
el gozo
amargo del amor.
A veces me
sorprendo ante el espejo
y me
arrebujo entre viejos ropajes
por escapar
del frío del invierno,
a veces,
solo a veces
porque
salto hacia el fondo
del amoroso
abismo
con los
ojos iguales
y las manos iguales.
© Lucía Carmona
Inmensa Lucia!!!
ResponderEliminarEl amor lucía está dentro nuestro, lo de afuera es un vehículo. Hermoso tu poema.
ResponderEliminarquerida Lucía...como siempre tu alta poesía señalando el camino!!!!gracias!1
ResponderEliminarmaria del mar
Belleza!!
ResponderEliminarPoética de calidad! Tu obra y trayectoria te respaldan. Magnífico siempre poder leerte. Saludo desde Córdoba, Alfredo Lemon
ResponderEliminarEsta mujer no deja de estremecerme con su poesía desde que las empecé a leerlas.
ResponderEliminarQué bonito tu poema, Lucía! Felicitaciones!
ResponderEliminarMaestra de la palabra. Hermoso decir. Griselda Rulfo
ResponderEliminarQuerida maestra!!! <3
ResponderEliminarINTENSO POEMA.
ResponderEliminarMe gustó mucho.
Saludos.
Anahí Duzevich Bezoz
Querida Lucía, tu profundo bucear en tu propio pensamiento, me deja sin palabras.
ResponderEliminarTu sensibilidad, casi impasible ahora,habla siempre de lo que sentimos tantos y no encontramos tu valor para expresarlo.
Susana Giraudo