DAR A LUZ
Bendita el
agua que le alcanza esa mujer.
Bendito ese
cansancio
Y bendito sea el parto y su trabajo ( luego lo
negarán )
a la luz de
la calle y del gentío.
Algo tan
grande en paz como en dolor y plenitud.
Bendito ese
marido que los guarda.
Bendito sea
ese asno
con carga
tan hermosa.
Bendita la
noche que dio a luz
al maestro
que nos enseñará
a leer con
otros ojos. Préstame los tuyos. No te pierda
por los
caminos, que yo soy esa oveja perdida
y has de mostrarme
a Él.
Seas bendito, rabí de Galilea,
por tu
fracaso y tu gloria (que presiento)
Solamente
nos separa una puerta.
Maestro,
mira a tus discípulos,
“¿Qué
salará la sal si ya no sala?”
Y ayúdame a esculpir
mi corazón
de piedra.
© Isabel Llorca Bosco
que exacta la exegesis y que hondas imagenes. gracias poeta.
ResponderEliminarHermoso poema, muy bien logrado, emoción, impacto, devoción. Palabras que son también plegaria. Bendición por este canto Isabel. Alfredo Lemon
ResponderEliminarme partes isa, con tus palabras. siempre será este niño, esta mujer, este hombre, este maestro los que me vibran entera, gracias por esta maravillosa interpretación! susana zazzetti.
ResponderEliminarHermosura!
ResponderEliminarflora levi
Emoción y misticismo en un poema musical y profundo como una oración. Muy bello. Un abrazo. Adriana Dirbi Maggio
ResponderEliminarno parece fàcil arrancar una interpretaciòn nueva a la presencia del Dios en el alma, me gusta el recurso a la alegorìa y a la antìtesis del enunciador que se extraña de su endurecimiento.
ResponderEliminarmuy bueno.
W.M.
Una oración a la Sagrada maternidad.
ResponderEliminarComo siempre, la belleza en la palabra. Gracias Isabel Abrazos para todos!
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