EL JARDIN
Igual que
un depredador
que en el
morral
guarda la
más espléndida
colección
de cuchillos
y tijeras,
crucé la línea,
la más
peligrosa de las fronteras,
esa que divide
la zona de
advertencias de aquella
donde se
desbocan los deseos.
Vengo por
mucho más que lo que
piensan
darme. Bajo mis párpados
están
tatuados los nombres
de todas
las imposibilidades,
sólo para
saber (llegado el caso)
que fui
consciente de donde vendrían
las heridas
más profundas.
Vengo con
el hambre necesario
para que la
desesperación
supere
cualquier acto de valentía.
Sé que al
fin,
más
temprano que tarde,
seremos bocado inevitable
de los
caracoles,
carne
frágil
de las
hormigas
o pasto de
las fieras.
© Patricio Emilio Torne
Una joya de poema!!
ResponderEliminarBesosss
Me gustó. Profundo, imágenes potentes. Bella invitación a recordar nuestra finitud, y hacer algo con eso. Gracias
ResponderEliminarintenso, implacable y sincero en el mensaje perfectamente logrado. susana zazzetti.
ResponderEliminarPalabras y versos profundos y contundentes como toda poesía desde siempre estimado Patricio! Me gusta eso de asumir ...cruzar la línea de las fronteras ...la zona de advertencias y lanzarse a buscar más, mucho más de lo que puedan darnos. Saludo afectuoso desde Córdoba, Alfredo Lemon
ResponderEliminarEste es mucho poema, tiene ritmo tiene imàgenes potentes, tiene fuerza, ese juego de la trasgresiòn y la emancipaciòn simbòlicos que intenta se dirìa todo poema, solo que en este es consciente.
ResponderEliminarmuchas gracias
WALTER mONDRAGÒN