antes fue
el fuego / y después fue el fuego
el
innumerable derretir de la antorcha en el cauce del río
la
ceremonia del vino en el cauce ciego del río
después la
especie
después de
la maternidad el ala rota de la maternidad
oh
madre mía
de todos los silencios / vos
la de la
lengua henchida como un cormorán de los asedios
vos
a la que
nunca pude ver a los ojos porque
tus ojos
eran como ostras castigadas por el sol
ahora yo
madre mía
me aferro a
tu mano indemne
a tu
ventana abierta
y sólo
quiero volar hasta la frente del dios
que
confabula los misterios
de las
nuestras miserias y de los nuestros adioses
de todo lo
que pudimos ser y no pudimos
de
nosotras / madre mía
la pétrea
versión de mí
la más
pobre y solemne
la que no
soy
© Gabriela Yocco
Buenísimo poema, Gabriela. Isabel Llorca Bosco
ResponderEliminarMuy bueno!
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