cosecha de
viento y de ceniza
las
palabras son un cuchillo
tajando un
bosque de salitre en mi sangre
y un
aguacero de sombras me desgarra
no me queda
una plegaria,
un remedo
de amor
ni siquiera
un sollozo para la muda voz
que me
reconoce hijo
madre:
pétalo a pétalo te doy la noche
y por mis
manos se despeña este canto áspero.
© Alfredo Luna
Alfredo, un gran poema. Isabel Llorca Bosco
ResponderEliminarMe gusta!
ResponderEliminarSiempre tu voz magnífica acercándonos belleza en el buen decir! Gracias! Alfredo Lemon
ResponderEliminarEs un poema verdadero, se siente el desencanto, el peso de cada palabra, y la apelaciòn final a la conciencia (madre) lugar de olvido por donde se fuga griseo el decir.
ResponderEliminarmuy bueno.
Walter Mondragòn