Poema de Raquel Fernández
LA VENTANA
Las dos nos
preguntábamos lo mismo:
cuántas
veces te habrás asomado a esa ventana.
Ella, con
la memoria húmeda de partos.
Yo, con
las rodillas raspadas en un gesto de
infancia.
La ventana,
aturdida de cielo,
era un ojo
místico para verte vivo.
Te
tragabas el sol
de sangre
entera
y te
derretías,
lobo de
escarcha,
para caer
en su regazo apesebrado
desnudo y
niño.
Yo contaba
las manzanas que faltaban
para volver
a la escuela.
La oruga
del verano
se soltaba
la piel
y el otoño
empezaba a
ser
una
mariposa que dolía.
Las dos nos
preguntábamos lo mismo:
cuántas
veces te habrás asomado a esa ventana.
Ella te
acunaba en sus párpados
que se iban
atrás en el recuerdo.
Yo jugaba
con los gatitos
y me mordía
los ojos
para que
ella
-mamá-
no me viera
llorar.
© Raquel Fernández
8 comentarios:
Poema de una ternura y a la vez de una crudeza enormes. Esos versos y su enigma nos vuelven a escenas de la infancia. Son de una gran densidad poètica. Placer de leerlos.
Maju
"y me mordía los ojos" tan verdad esta imagen que se posesiona del dolor que queda entre nosotros a pesar del tiempo.
Abrazos
Elisabet
qué delicia raquel. intenso , como vos. tu sello intimo y de una exquisitez suprema. susana zazzetti.
Me gustó este poema que nos remite a la infancias y acaricia el alma.
Abrazo Ana Romano.
Emocion en la ternura!
Flora lev
Bellos y duros momentos de recuerdos. Muy bueno!
Bellos y duros momentos de recuerdos. Muy bueno!
Bellos y duros momentos de recuerdos. Muy bueno!
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