Ese hombre
de mirada lejana
flaco como
el territorio
de sus
margaritas
viejo tal
vez, o acaso
solamente
triste
riega con
convicción
y después
se apaga
lo veo
andar
tan chico
su jardín
apretado
entre la calle y la casa
trajina con
el rastrillo
se detiene
y me ve mirarlo
busca,
encuentra, enciende
un
cigarrillo
achica los
ojos
como miran
los que fuman
un beso de
humo en los párpados
demorar el
placer en la garganta
apenas eso.
Un hombre
del otro lado
de la calle
que riega y
barre y fuma
me ha visto mirarlo
esta mañana.
© Irene Scalabrelli
Bello!
ResponderEliminarFlora levi
Tu decir siempre apacible y equilibrado logra poemas bellos como éste, estimada Irene! Saludo afectuoso "Panadera de Luz"!!. Fue muy interesante escucharte en la radio recientemente. Alfredo Lemon
ResponderEliminarMe encanta tu poesía. Repito y compruebo.
ResponderEliminarGracias Irene!