Los
Tambores
A: Nicolasa
Escorcia
El baile se
hizo frío
los
tambores dejaron de tocar La Puya
y se volvieron
un son de muerte.
Te fuiste
como si no doliera tu ausencia,
y las
noches de historias
y abrazos
no importaran.
¿Dime, eso
de irte mientras yo bailaba fue un reproche?
Yo también
te acompañé a la iglesia,
y oré
y canté los
himnos
y bendije
el sábado.
Tú cerraste
los ojos
y yo no
estuve,
y no te vi más.
¿Dónde
estás ahora?
Mis manos
siguen sintiendo el calor
de aquella
caminata lenta
para que
tus piernas se ejercitaran,
no imagine
que te despedías
no imagine
que oía tus últimos consejos.
Yo era uno
más de tus nietos
tú eras mi
única abuela
pero te
fuiste igual.
No quise
verte pálida
con una
sonrisa falsa
como si uno
sonriera con los ojos cerrados.
Tampoco
quise ver que unían tus manos
como si
oraras
¡Pero no!
Me enseñaste
que solo dormirías
que no
irías al cielo
ni al
infierno
que la
muerte era
nada
y no
sabrías
de lo que
se hiciera debajo del sol
hasta que
El Santo volviera.
Talvez eso
es peor
porque
escribo una carta
que no la
leerás
que nunca
sabrás de ella
y el nudo en mi garganta duele más
y no te
importa, lo sé
yo tampoco
te importo ahora,
solo te
fuiste y ya.
¿A quién le
pregunto si me pensaste
antes de
cerrar los ojos?
¿A quién le
pido a pesar de mis treinta y más
que me
vuelva a contar la historia del abuelo
¿Dónde está
tu risa abuela?
El abuelo
se fue
Y no
soportaste mucho
¿Le cantas
ahora?
No estás y
vuelven los tambores
bailo,
bailo con
más fuerza que aquel día
bailo la
Puya Loca
y bailo el
Mapalé
No quiero
una cumbia Abue.
¡Ahora no!
No quiero
ver prendidas las velas
quiero
seguir bailando
porque
cuando paren los tambores
entonces
vendrá la muerte.
© Luis Pabón
Gracias Gus... Siempre será un honor ser parte de este blog
ResponderEliminarMuy bueno
ResponderEliminarGracias
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