Dia tras día
antes de que amanezca
se levanta y bebe
su tazón de agua caliente
con un saco de té
que ya usó tres veces
viaja un trecho largo a las playas
y recorre la arena aunque queme
cargando en estantes portátiles
la mercadería que pesa
al regreso en el tren por primera vez
come papas fritas o maní salado
y de una botella encontrada en la
estación
bebe el agua corriente cargada en el
baño
después entra en una pieza habitada
por cuatro, cinco o hasta seis
reparten un panini que lleva dos
días
y se duerme antes de apoyar la
espalda
en el colchón o en el piso
según le toque
esa noche piensa:
cuando el año termine
comeremos perdices
cantaremos bailando
© Mario De Luca
un escalofrío leer este poema, realista y profundo.
ResponderEliminarSaludos.
Anahí Duzevich Bezoz
A cuántos les está sucediendo!
ResponderEliminarLa capacidad de aguante muestra el poema. El hombre hoy, 2019. Excelente descripción.
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