4/8/19

Poema de Clelia Bercovich



Tomó el instante por sus bordes 
y lanzó el ancla 
desde el empedrado que da al río. 
Cada paso sobre cada piedra 
quedó grabado en la memoria. 
El puente  era un gigante hacia la isla. 
Las barcazas moviéndose en  el petróleo del agua 
y la estatua  de los inmigrantes 
 mirando la lejanía. 
Lo que se abandonó. Las lágrimas que ardieron 
en el punto de partida. 
( El Riachuelo  ya no es un puerto insondable)


© Clelia Bercovich

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