última cena
la mesa está llena del hambre de nosotros
y
de la gula de los forajidos que acechan
igual que fieras voluptuosas, en tu nombre
no es grial ni bandera este mantel
es la sábana que anoche escondía
tus cántaros repletos de abstinencia
montados en la cruz de las ficciones
los bandoleros del orden sagrado
ceden a los estragos del olvido
y nos comen de bocado a bocado
en la casa del padre de los cielos
Rabí: ¿qué será de ese fulgor líquido en tu
baca
pidiendo justicia?
cordero de Dios y del infinito rebaño
si es verdad que quitas los pecados del
mundo
ten piedad, cierra los ojos
y deja de pastar en nuestras almas.
© Alfredo Luna
Impresionante poema!!! Bello
ResponderEliminarAbrazo
Elisabet
Potente poema querido Alfredo! Celebración a tu devoción salvaje,preguntas destellos (¿reproches?) al absoluto! Como dije en este blog al comentar un poema a tu hermano, merecido reconocimiento a tu obra con el Premio Provincial Poesía de Córdoba! Abrazo grande. Alfredo Lemon
ResponderEliminarHola Alfredo:un maravilloso poema que más allá de su belleza, duele, desgarra el alma y denuncia desde el comienzo ("el hambre de nosotros"). Lo sentí mucho Irene Marks
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ResponderEliminarCuando leer poesía es todo un placer!
Excelente amigo, te quiero, un abrazo
Lily Chavez
Alta poesía! 👏👏👏👏
ResponderEliminarInmenso Alfredo. Tu poema desde el más Hondo dolor humano, desde la indignación,no cede el lugar de la poesía.
ResponderEliminarAbrazo. Vero Capellino
Inmenso Alfredo. Tu poema desde el más Hondo dolor humano, desde la indignación,no cede el lugar de la poesía.
ResponderEliminarAbrazo. Vero Capellino
Que intensidad y profundidad...
ResponderEliminarten piedad, cierra los ojos
y deja de pastar en nuestras almas!!
Gracias!!
Cecilia O.