1/7/19

Poema de Luciana Ravazzani





Dicen que era un ermitaño,
lo imagino sentado sobre una piedra
y detrás una casa con esposa abnegada.
Más borrosamente veo algunos hijos.
Nunca llueve pero está nublado.
Sus zapatillas marrones sobre la piedra:
un buen lugar para tender la ropa.
Dicen que era un ermitaño,
pienso que a mí también me gustaría
un lugar igual, ni siquiera pulido,
desde ahí puedo pensar en un caballo,
en fuego, agua y madera,
en el trabajo silencioso de cientos de abejas.

© Luciana Ravazzani

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4 comentarios:

Blogger María Sonia Quevedo Hoyos ha dicho...

Excelente.

1 de julio de 2019, 22:58  
Anonymous Anónimo ha dicho...

transparente, delicado. un logro. susana zazzetti.

2 de julio de 2019, 9:42  
Anonymous betty badaui ha dicho...

Un lugar atractivo como el poema, a pura naturaleza.
Un abrazo.
Betty

5 de julio de 2019, 22:05  
Blogger Karina Raponi ha dicho...

qué sutileza de lo apacible!. me gustó!.

22 de julio de 2019, 11:51  

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