Poema de Luciana Ravazzani
Dicen que
era un ermitaño,
lo imagino
sentado sobre una piedra
y detrás
una casa con esposa abnegada.
Más
borrosamente veo algunos hijos.
Nunca
llueve pero está nublado.
Sus
zapatillas marrones sobre la piedra:
un buen
lugar para tender la ropa.
Dicen que
era un ermitaño,
pienso que
a mí también me gustaría
un lugar
igual, ni siquiera pulido,
desde ahí
puedo pensar en un caballo,
en fuego,
agua y madera,
en el
trabajo silencioso de cientos de abejas.
© Luciana Ravazzani
Etiquetas: Luciana Ravazzani
4 comentarios:
Excelente.
transparente, delicado. un logro. susana zazzetti.
Un lugar atractivo como el poema, a pura naturaleza.
Un abrazo.
Betty
qué sutileza de lo apacible!. me gustó!.
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