Poema de Isabel Llorca Bosco
EL GRITO
Para llegar
a vos construí un puente.
Son pocas
las tablas y hay grandes espacios
que miran
el fiordo, retorciéndose como lana mojada.
Las tablas,
negras, blancas y del oscuro color del mar
están
amarradas con cintas. Peor si fueran de grueso papel de imprenta.
A cada paso un temblor,
un ruido
como si se rompieran. Y abajo el apretado impulso
de las
aguas que me señalan un destino.
El cielo
tiene toda la belleza y el tinte de un sol deshecho, que no quiere irse. Apenas
lo miro, para no perder el equilibrio, para
que no retumbe en mi cabeza.
Sudo,
tiemblo a un escalón de la muerte. La elegancia, los sueños, los preludios se
desmoronan.
En mi cara, la sombra de ese asilo de locas
donde vive mi hermana, donde siente atardecer su juventud.
Se oyen
gemidos largos, la estrechez de la angustia.
Ya no puedo dar un paso ni pedir una mano,
estoy congelado de pánico.
No puedo
recordar las palabras que les preparé, pero abro con todo mi cuerpo la boca. Ni
un sonido, pero algunos me escuchan.
La fuerza
de ese grito mudo se oirá por generaciones
He dado al
oxímoron de los poetas una presencia visible, real.
© Isabel Llorca Bosco
Etiquetas: Isabel Llorca Bosco
3 comentarios:
Querida bello poema es como ir funámbulo en difícil equilibrio al otro lado del vacío.
Gracias
Walter Mondragón
Todos cruzamos esos fragiles puentes que describes con belleza .Gracias
Porque somos equilibristas, en la vida. Es la historia, el camino. Excelente
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