15/7/19

Poema de Isabel Llorca Bosco



EL  GRITO 

Para llegar a vos construí un puente. 
Son pocas las tablas y hay grandes espacios 
que miran el fiordo, retorciéndose como lana mojada. 
Las tablas, negras, blancas y del oscuro color del mar 
están amarradas con cintas. Peor si fueran de grueso papel de imprenta. 
 A cada paso un temblor, 
un ruido como si se rompieran. Y abajo el apretado impulso 
de las aguas que me señalan un destino. 
El cielo tiene toda la belleza y el tinte de un sol deshecho, que no quiere irse. Apenas lo miro,  para no perder el equilibrio, para que no retumbe en mi cabeza. 
Sudo, tiemblo a un escalón de la muerte. La elegancia, los sueños, los preludios se desmoronan. 
 En mi cara, la sombra de ese asilo de locas donde vive mi hermana, donde siente atardecer su juventud. 
Se oyen gemidos largos, la estrechez de la angustia. 
 Ya no puedo dar un paso ni pedir una mano, estoy congelado de pánico. 
No puedo recordar las palabras que les preparé, pero abro con todo mi cuerpo la boca. Ni un sonido, pero algunos me escuchan. 
La fuerza de ese grito mudo se oirá por generaciones 
He dado al oxímoron de los poetas una presencia visible, real.

                                           
© Isabel Llorca Bosco

Etiquetas:

3 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Querida bello poema es como ir funámbulo en difícil equilibrio al otro lado del vacío.

Gracias
Walter Mondragón

20 de julio de 2019, 22:32  
Blogger Leonor Mauvecin ha dicho...

Todos cruzamos esos fragiles puentes que describes con belleza .Gracias

21 de julio de 2019, 12:30  
Blogger Nerina Thomas ha dicho...

Porque somos equilibristas, en la vida. Es la historia, el camino. Excelente

25 de julio de 2019, 21:52  

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio