A la
distancia justa de la espera encalla
pescador
vencido por el agua y el hambre.
Un milagro
es, a veces, un bote a la deriva
un dolor
hecho número entre olas de sangre
y guantes
blancos,
blancos
como toda
la sal
de un
océano de dudas.
© Silvina Vuckovic
Ningún
hundimiento más.
Bello!
ResponderEliminarHermosa y triste visón. Gran poema.
ResponderEliminar¡Muchas gracias!
ResponderEliminarGran poema, Silvina!qué suceda el milagro.
ResponderEliminarAbrazos. Rosa Lía
Qué belleza!! Y todo lo que no dice...
ResponderEliminarJuan Carlos Rodríguez
Un poema que espera y desea . Gracias ,Sil.
ResponderEliminarHermoso: tanto dice desde un delicado lirismo... Verónica M. Capellino
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