Poema de Fernanda Berdiñas

                 

  

Las profecías profanas

¿Es tan lejana la tierra prometida, o será que la profecía no se cumple? 

Tanto camino me cansa 

y no diviso mares que se abran ni oasis. 

Las piedras se arrojaron ya 

y no hubo clemencia ni justicia. 

Cayeron los templos, 

el día se volvió noche 

pero nada cambio. 

Las bienaventuranzas fueron oídas y seguidas, 

pero el juramento fallo. 

Los peces no saciaron 

y el vino se convirtió en sangre de inocentes. 

Se multiplicaron los ayunos, 

 el desierto tentó 

y caí incansables veces. 

El látigo lacero mi espalda 

y los verdugos me mostraron su rostro. 

El apocalipsis revelo un adelanto y escupió azufre el diáfano cielo. 

Las marcas de los clavos atravesaron corderos níveos en sacrificio. 

Pilatos volvió a su consabido ritual, 

sin compromiso ni culpa. 

Se negaron posadas y se paria a la intemperie, 

sin estrellas ni magos. 

Las playas dejaron de ser paraísos, las olas 

albergaron muerte. 

El infierno se aproximó a la tierra y fue un paisaje cotidiano. 

Estigma cruel nos volvió errantes, 

expulsados sin fe ni resurrección. 

La serpiente embustera, se volvió domestica 

Y mora en nuestras casas 

Y cada día alimentamos su veneno.

© Fernanda Berdiñas