Te escucho en lo que ya y en lo que no,
en el chirrido de la persiana cuando baja
como párpados que se guardan algo,
en el rumor en mi oído, en la voz
quebrada por las horas cortas.
Te escucho como a un beso que se pega al
alma
o a la piel del hueco que se forma
entre mi cuello y mi deseo.
Los pasadores de las puertas del nosotros
se han corrido sin querer. Por el resquicio
se coló una promesa.
© Silvina Vuckovic
releo. una belleza tu poema. susana zazzetti.
ResponderEliminar¡Muchísimas gracias, Susana, me alegra el alma! Un beso
ResponderEliminarGus querido: ¡qué bellísima imagen, sos grande, amigo!
ResponderEliminarBellísimo poema, Silvina.
ResponderEliminarUn abrazo,
Alicia Márquez
Bello!!!
ResponderEliminarFlora levi
Hermoso poema, Silvina!
ResponderEliminar¡Muchas gracias por sus apreciaciones, queridas poetas Alicia, Flora y Carmen! Abrazos
ResponderEliminarSilvina, muy bello, muy suave, felicitaciones!! Abrazo!!
ResponderEliminarGracias por tu lectura y tu devolución, querida Noemí, abrazo grande
ResponderEliminarHERMOSO POEMA ESCRITO CON EL CUERPO Y CON LA MENTE.Felicitaciones y felicidades. Isabel Llorca Bosco
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