El
tedio golpeaba
sobre el zinc de la tarde
en mi pueblopatria
decretado toque de siesta.
Mi madre doblez de cansancio
en la soga de la rutina
broches como cadenas.
Mi padre sombra enrejada
Desaliento labor a cuestas.
Eran tiempos de crecer
sin mirar a los lados
correr tras una pelota o leer una revista
mientras las luces del centro
brillaban para otros.
Larga historia la niñez
sumergida en la espera
esconder y esconder la vida
hasta que llegara la hora
de huir sin rastro.
Allí quedó mi madre con sus manos
acariciando en el vacío
el hueco de mi aventura.
Allí quedó mi padre
tan lejos de la historia de barcos
y américas a la conquista.
Hoy la distancia en la mochila
y la memoria confusa
para no morir el intento de festejar la
vida
con luz de poema.
© Osvaldo Víctor
Fernández
Bello
ResponderEliminarBellas imágenes, los recuerdos...
ResponderEliminarMuy bueno Osvaldo!!!!
ResponderEliminarTere Vaccaro.
tantos sentimientos conocidos, víctor. me encantó. susana zazzetti
ResponderEliminarRecordar sirve para comprender el prsente,muy bueno.
ResponderEliminarUn abrazo.
Betty
gracias querido osvaldo...un poema rotundo
ResponderEliminarmaria del mar
Que poema tan interesante con un complejo manejo del lenguaje
ResponderEliminarFelictaciones Osvaldo
Gladys Cepeda