14/5/19

Poema de Isabel Llorca Bosco



LA VOZ 
                  
“Mientras tanto, a cobijo de unas alas de nieve,        
                    crece el niño maldito, ebrio en la luz del día”.                    
Charles Baudelaire .Bendición 1856 
                                                                
Un acaloramiento brusco 
(ya casi es primavera) 
Y con algo de miedo ella enciende 
las luces de los patios. Es rara 
tanta  felicidad, pero siempre los grandes la permiten: 
“dice que necesita pensar” 
Corre como lo que es, una chiquita. 
En la obscuridad azul toda viento ligero 
siente que de la boca va creciendo una flor. 
Tarda en abrirse. 
Es su voz pequeña como ella, 
que despierta lejos de las miradas, las bocas, los oídos.
Está haciéndose. 
La flor nunca nace perfecta. 
Tendría que repetirla con la voz muchas veces 
para limar lo áspero, para que fluya. 
Acaso un ramo de versos tironea su cuerpo
o poesía de otros que, si no la recita, quedaría muda. 
Todavía no sabe de poetas malditos, 
aunque ya empieza a padecer. 
Pero no, son versos nuevos. Claro que sin edad. 
Una azucena abraza el aire húmeda y abierta. 
Entra a escribir. No la corte el olvido, 
ni el viento, 
ahora en silencio.

                                   
© Isabel Llorca Bosco

8 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

muy bella tu forma de describir este delicado proceso de la escritura. va mi aplauso isa querida. susana zazzetti.

15 de mayo de 2019, 11:45  
Blogger Adriana ha dicho...

Bellísimo, Isabel. Veo a la poeta niña con esa voz poética en su interior, deseando ser verso. Hermosas imágenes. Me gustó mucho. Un besito. Adriana Dirbi Maggio

18 de mayo de 2019, 15:00  
Blogger Leonor Mauvecin ha dicho...

En tu boca ha crecido una flor! Este poema.Abrazos

18 de mayo de 2019, 17:00  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Hermoso. Griselda Rulfo

19 de mayo de 2019, 12:21  
Blogger Marta Raquel Zabaleta ha dicho...

Hermoso tu peoma! que crezca, que crezca!derramando asu apso su belleza.

25 de mayo de 2019, 19:49  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Hola, querida Isabel: cuánta fuerza en esa voz delicada, qué destino de poeta marcado desde la infancia, irremediablemente."Acaso un ramo de versos tironea su cuerpo", sí, querida Isabel, y lo sigue tironeando con gran fuerza, porque tu escritura se derrama con lirismo incesante. Un beso grande Irene Marks

27 de mayo de 2019, 8:56  
Anonymous Anónimo ha dicho...

De hecho todos los niños son poetas, de modo que la cuestión es haberse levantada sin perder el poeta que nos habita, como a ti te ha pasado. bellos versos. Gracias Isabel.
Walter Mondragón

27 de mayo de 2019, 12:05  
Blogger Noemí Correa Olivé ha dicho...

Hermoso poema, Isabel, felicitaciones, abrazo grande!!! 💜

31 de mayo de 2019, 0:08  

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