A
los cielos de J.M. W. Turner
Joseph Mallord William Turner tenía un
hermoso nombre.
Es probable que no pensara demasiado en él
/
sólo vivir.
¿De qué manera lo nombrarían en la
intimidad?
No aparece un diminutivo en mi cabeza/
tampoco en las conversaciones
de la tía que lo crió
en la provincia (no hay registro de tal
cosa).
Pobre madre desquiciada no pudo ver
la luz del hijo
ni la fama
ni el desolado encierro
final.
¿Se habrán buscado en el cielo
(la madre y el hijo)?
Tantas veces los ojos miran hacia allá:
nubes/ neblina/ rocío/
oscuridad/ peligro en ciernes/ tormenta/
transparencia de lo diáfano.
Nunca sabremos si el arte es un don o una
condena.
© Inés Legarreta
SEGURAMENTE UN DON QUE NOS CONDENA..ABRAZO INES!!!1
ResponderEliminarAhhhh!!! Quizás tengas razón! Abrazo, Inés.,
ResponderEliminarQué hermoso texto, Inés. Lleno de emoción, conocimiento y empatía. Me encantó. Un beso. Adriana Dirbi Maggio
ResponderEliminartremenda deducción fina! a veces caben ambas cosas. muy bello. susana zazzetti.
ResponderEliminarGracias, querida Adriana y Dirbi. De alguna lejana manera, es la pregunta que todos los artistas nos hacemos. Abrazo grande, Inés.
ResponderEliminarBello!
ResponderEliminarFlora levi
Es una incógnita... hermoso texto!
ResponderEliminarEl final deja abierta una honda pregunta existencial,muy válida y a la vez con esa dualidad agridulce que sólo el arté puede expresar. La incomprensión tal vez sea el precio a pagar por tan alto don. Lo disfruté muchisimo Irene Marks
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