EL SUEÑO
Eres cumbre
y abismo,
el poema
que aún no he escrito.
Quien
descubre secretos
en
atmósferas umbrías,
en aldeas
luminosas.
Tras el
silencio
nace tu
gesto simple.
Invades los
límites
del
corazón.
Me siembras
de frutos,
de horas,
de
identidad.
Soy la que
espera
en el
prólogo del coraje,
en el
comienzo de la ofrenda.
Cierro mis
ojos y regresas
a
envolverme en tu bocanada de alquimia,
a
desplegarte hasta que el sol espíe los rincones
y las hojas
crepiten en el suelo.
© Teresa Vaccaro
cuánta entrega tere, cuánta dulzura, es decir: vos. susana zazzetti.
ResponderEliminarMil gracias Susana Zazzetti! Tere V.
ResponderEliminarQué placer leerte, Tere, entrega profunda y un hermoso poema.
ResponderEliminarVa un abrazo.
Betty
Querida Teresa: esa "bocanada de alquimia", esa magia ritual de la "ofrenda" que según decís "invade los límites del corazón" se convierte en ese sueño que llamás "a desplegarte hasta que el sol espíe los rincones". Qué maravilla de poema, donde lo onírico reina con toda su fuerza.
ResponderEliminarExcelente Irene Marks
Muchísimas Gracias Irene y Betty!!! Tv.
ResponderEliminarMe encantó, esta espera del poema, de la vida.
ResponderEliminarAbrazos
Elisabet
Hermosa tu entrega Tere profundo y conmovedor
ResponderEliminarMuchas gracias a todos! T. V.
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