Mi padre me
contaba que alguna vez sostuvo su vieja mandolina contra la gran rompiente
decía que
el oleaje, así como las cuerdas
tiene su
vibración
los días de
naufragio
era tan
armoniosa la vieja mandolina
que hasta a
mí me acunaba desde antes de nacer
quizá por
eso hoy escucho a los muertos que cantan todavía
que
persisten y un día saldrán a recibirme desde alguna otra orilla
y sé que
arrancarán música de las cuerdas tensadas de mi corazón último
hasta
hacerlo vibrar, tardío en el oleaje.
© Raquel Jaduszliwer
Precioso, Raquel. Abrazo, Inés Legarreta.
ResponderEliminarbello bello como siempre Un gran poema Abrazos Raquel
ResponderEliminarQué hermoso. Delicado lirismo, suave música de la mandolina la del poema.
ResponderEliminarVerónica M. Capellino
Lindo poema Raquel, saludos
ResponderEliminarPatricia Corrales
Hermoso poema. Griselda Rulfo
ResponderEliminarQué bello que los recuerdos arranquen música del corazón, lo leí dos veces para disfrutarlo mejor.
ResponderEliminarUn abrazo.
Betty