El armario,
vetusto y casi amenazante
me habla en
la oscuridad.
¿Qué miedo
es ése?, me dice desde su luna
biselada y
furiosa, ¿de dónde viene?
Si las
estrellas seguirán ahí mientras duermas,
seguirán
ahí cuando te mueras —
aunque se
volverán otras, al igual que tus orejas,
vacías,
alertas al susurro elocuente del universo.
Cuando
despiertes, el cardador de lana,
olvidado en un rincón del patio, te va a
contar
sus
secretos (no serán tan distintos a los tuyos,
tampoco a
los del universo).
La lavanda
perfumará.
Los barcos
estarán en puerto (las redes ordenadas),
el mar silencioso
en la bahía.
Nada y todo
sucederá,
la espera
de los cuervos en el campo oscuro
durará todo
el invierno.
Y las
palabras no escritas volverán a acunarte
apoyadas en
las sombras como diosas agotadas.
© Paulina Vinderman
Tremendo poema, Paulina, gracias y felicitaciones!!
ResponderEliminarBuenísimo poema digno de su autora!!Felicitaciones!
ResponderEliminar"Y las palabras no escritas volverán a acunarte"...Un poema maravilloso, de mucho dolor pero al mismo tiempo con la magia memorable de tu poesía("Nada y todo sucederá"). Un beso muy grande Irene Marks
ResponderEliminarasí es!!!! gracias...
ResponderEliminarGran poema. Marta comelli
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