24/4/19

Poema de Patricio Foglia



Sin embargo, nadie juzgaba a nadie. 
Mi mamá hablaba muy seguido 
con una vecina 
que cada vez que me veía 
me decía que era el novio ideal 
para su hija. La señora estaba enferma, 
y siempre en bata, no importaba si era de día 
o de noche, y su hija se había escapado. 
A mí me alegraba cruzarme con ella, 
verla atravesar su propio nubarrón, 
la neblina del polvo de sus pesares.

© Patricio Foglia

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