a Daniel
Daniel
elige las mejores naranjas del mercado
Y a mí me
nacen cataratas en el pecho
Sé que su
dolor va por dentro, inevitable se le escapa en un suspiro, en una palabra, en
una caricia, tal vez porque le enseñaron que los hombres no lloran.
También se
olvida de un olvido que esconde.
Y lo quiero
y quiero que todo pase pronto
Porque es
grandote
Porque se
lo merece.
© Patricia Berho
Cómo no querer a Daniel si hace brotar cataratas de naranjas, si no llora cuando es necesario porque ésa era la enseñanza, cómo no quererlo si no puede olvidar lo que le duele. Quiero a Daniel sin conocerlo. Me gustó tu poema.
ResponderEliminarUn abrazo.
Betty
Muchas gracias, Betty, un abrazo.
ResponderEliminarseremos poesía , sin dudas, un abrazo Ro.
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