27/4/19

Poema de Belkys Sorbellini



ANDAR LAS CALLES

Oteo el subconsciente de una masa
singularmente compacta.
Me encuentro desolada
nadie detiene sus pasos
y extiende al menos la mirada.

A veces el silencio, no mirar, no saludar
no sentir que el otro no está no basta
porque el otro sí está.

Allí, debajo de la altura de mis ojos
entre cientos de pies presurosos
hacia el banco, tribunales, trámites…

Acaso no mirar sea un engaño
un intento de negación
de no saber.
Pero es sólo eso
un engaño.

Uno puede andar las calles sin sentir
pero finalmente la verdad se devela.

Y las manos extendidas siguen allí
esperando sólo un gesto
una mínima expresión
una mirada, una sonrisa
algo.

Algo que demuestre un rasgo de humanidad
porque las manos extendidas siguen allí.

© Belkys Sorbellini

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