el amor es
posible
Alejandra
Pizarnik
–Cerca de
la corteza de los árboles
Itauguá es
un lugar posible –dice Ramiro–
las mujeres
tejen el ñandutí
y convocan
al cielo
cantándole
al encaje
de una tela
de araña.
Los
guacamayos y los tucanes
saben
cómo
ahuyentar las nubes.
Oh, Ana, si
supieras
qué lindas
son las
tardes del lago Ypacaraí.
Yo estuve
hace unos años.
Pensemos en
la casa,
el lugar de
la piedra,
recémosle a
las manos
de las
niñas que aprenden
a tejer con
el tiempo
la araña
blanca del ñandutí.
La
distancia no existe,
es sólo una
uva negra
que cede
entre los dedos.
Las
ancianas del pueblo
pueden
contarte
historias
parecidas
a esta.
Ya verás.
Tu corazón
no es el único cuchillo.
© Valeria Pariso
Valeria, la distancia no existe, es solo una uva negra que cede entre los dedos. fantástica imagen y metáfora.
ResponderEliminarAplausos a tu creación.
Patricia Corrales
Ay... Y hay tanta belleza en este poema y en toda su trilogía.
ResponderEliminarHermoso texto, lleno de reminiscencias y de imágenes bellas y originales. Y ese remate... Un besito. Adriana Dirbi Maggio
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