SUICIDIO
DEL ADIÓS
Arrugado
entre la
ropa,
Encogido,
más pequeño
que el
canto
de una
horquilla.
Supliciado
de andenes
y transbordos,
mareado de
calles,
de timbres,
de
zaguanes,
de
escolleras,
escaparse
de la vida
ha
decidido.
Y en el
zoko
de texturas
y colores,
se ahorcó
con la
cinta de un zapato,
en la
esquina triangular
de la
maleta.
© Marita Rodríguez-Cazaux
Muy bueno.Abrazo, Inés.
ResponderEliminarPrecioso
ResponderEliminarBuen poema, Marita! Abrazo grande!, Elena S. Eyheremendy
ResponderEliminarMuy bueno!
ResponderEliminarPrecioso
ResponderEliminarMe gusto leerte
ResponderEliminarPatricia Corrales
el adiós sin adiós, muy bueno, saludos poeta.
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