Ana tiene
un tatuaje sobre el hombro
por donde le sale una frontera.
El dibujo de un círculo de araña
recuerda la leyenda de Samimbi.
Por Samimbi fue creado el ñandutí.
La batalla era otra y sin embargo,
una tela de araña,
tejida a mano,
es un conjuro contra la desesperación.
Así lo aseguran las mujeres que saben.
Ana lleva tatuado
en su hombro izquierdo
un círculo de encaje de hilo finísimo.
La rama queda lejos.
El amor queda lejos.
Pero el viento
mueve las velas de las catedrales.
Y Ana no es mujer de poca fe.
© Valeria Pariso
Hola Valeria, algo tienen tus poemas que logran conmoverme, será por las imágenes o el fino encaje que me trae recuerdos, no lo sé, pero me emocioné.
ResponderEliminarTe mando un abrazo.
Betty
Tan sutil, Valeria! Estela Porta.
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ResponderEliminarHermosísimo poema. Gracias!
Lily Chavez