Poema de Paulina Vinderman
En la única librería, oscura librería de
viejo,
encuentro un hurón espiando detrás de
un estante lleno de polvo. Ah, mi hurón
ansiado,
era aquí donde debía encontrarte.
Sigilosos, los dos nos miramos desde el
fondo de
los tiempos.
Mi amor por él es igual a mi amor por el
mundo:
hosco y dulce, ancestral y en perpetua
—impaciente—
extensión al dolor, ese confuso dolor de
las despedidas
(la elocuencia de la desaparición).
Me llevo dos libros: uno de animales y otro
de vientos. Éste tiene en la tapa el dibujo
de Eolo
soplando sobre la tierra.
En el norte de África, leo, hay un viento
envenenado
al que llaman Simoon, que sepulta caravanas
y aldeas a su paso.
De algún modo callado y misterioso, el
hurón
y el simoon se unen en un espacio que mi
mente
destina a lo imposible —lo fortuito—
y que no coincidirá con el resto de
nuestras vidas.
"Te perderás- me dice D- y serás
consciente
y ese prado perplejo te conducirá a la
canción."
© Paulina Vinderman
Etiquetas: Paulina Vinderman
8 comentarios:
tu poema no se perderá, muy bueno,saludos.
Anahí Duzevich Bezoz
Hermoso. En la biblioteca, en el hurón y el Simoon está el destino de los hombres, también en una canción. Abrazo, Inés Legarreta,
Qué belleza !
Original planteo en bello poema.
Bello tu poema...Abrazos
Belleza absoluta! Gracias!
Muy Bello!
Oh, no me sorprende. Adoro tu poesía.
Lily Chavez
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio