Tormenta magnética
Quiero estar en cada pedazo de no tela.
Diego Bennett
Dos meses.
La tormenta magnética amenazaba
con dejarnos incomunicados.
Pero con nosotros no.
Nosotros,
acróbatas del hilo primordial
que mantuvo en vilo
este precario pero indestructible móvil.
No con nosotros,
los del secreto cociéndose a fuego lento
y el beso que nutre.
Justificó la tormenta
estos diminutos alfileres de esperanza
en la piel,
esta ilusión arbolando.
Ya no puentes y escalones imposibles.
Somos ahora la vía entera
y la perpetua vibración
que anticipa los viajes de esta imparable
locomotora.
© María Laura Coppié
Creatividad al másximo. Excelente.
ResponderEliminarSaludos.
Anahí Duzevich Bezoz
ResponderEliminarPara la buena poesía, no hay tormenta magnética que pueda.
Abrazo grande,
Alicia Márquez
Bello y electrizante. Como el amor.
ResponderEliminar"Esta ilusión arbolando" Bello!
ResponderEliminarFlora L
Un bello poema ¡, bien logrado.
ResponderEliminarUn abrazo Ana Romano.
Bello y bella esta "imparable locomotora".
ResponderEliminarFlora
Una mirada única , la tuya, mujer de un vuelo único. me honra leerte!!
ResponderEliminar