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4/2/19

Poema de Alicia Márquez



La luna roja, luna de sangre, 
luna de vampiros, 
hay que pedirle cosas a la luna roja, 
¿qué era lo que cantaba Dean Martin? 
¿o era otro el que le cantaba a la luna?, 
era la luna rosa, no la luna roja, 
ni esa luna pudimos ver en esta ciudad sitiada, 
ni esa luna. 
Ni pudimos pedir nada,
ni piedad, ni buenas noches, 
y entonces hablamos del tiempo 
y cómo llueve, llueve como en ese cuento de Bradbury 
en el que llovía y llovía y los dedos 
perdían sus huellas digitales de tan arrugados que estaban 
y seguía lloviendo. 
Y dolía la cabeza de tanta lluvia. 
Ya no hay luna roja, y tampoco hay mundial de fútbol 
y hay que mirarse en el espejo 
y darse cuenta de que no sirve distraerse. 
Ni eso podemos. 
Ni eso. 


© Alicia Márquez

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