Poema de Verónica M. Capellino
En la casa de Isla negra (*)
Qué rito el de transponer
Regresé de mis viajes. Navegué construyendo
la alegría
el umbral de tu puerta
es una casa tan grande la ausencia
que pasarás en ella a través de los muros
es tan máscaras - pipas - botellas con
barcos (cada uno con su fecha
su naufragio),
-tan duro escarabajo y breve mariposa-
multiformes caracoles- mascarones callados-
tanto juguete - tanto guiño-caballo de la
infancia
desafiada-
Matilde - su rostro - su mano -
tanta reverenciada cosa
Ay alma mía / hermoso es el planeta (…)
todo lo que se hizo / por la mano del
hombre
es tanta presencia tu ausencia
pero tanta tanta ausencia
que descifrarte el ardor, marinero en
tierra,
que comprender en tus regresos las ausencias
supe, porque sangraba, / que me habían
cortado las raíces
que abarcar
tus amores desde Terusa a Matilde
y
tus lecturas, gran hambriento,
tu pampoesía
Y esto es más fácil que mañana jueves
y más difícil que seguir naciendo
que preguntar con tus preguntas
Piedra en la piedra / el hombre, ¿dónde
estuvo?
que medirte la herida
comprendí que a mi pueblo / no le
permitieron la vida
y le negaron la sepultura
no caben en tu casa
ni el mundo.
(*) En cursiva, y en interrelación, versos de poemas de Pablo Neruda
© Verónica M. Capellino
3 comentarios:
bonito verónica, gran trabajo. susana zazzetti.
Gran observación la tuya. Buen poema.
Susana y Nerina: gracias por su lectura. Abrazo
Verónica Capellino
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